Desde Pezcalandia te contamos, qué es y cómo se implementa la técnica de captura y almacenamiento de carbono que busca reducir el impacto ambiental de las plantas energéticas basadas en combustibles fósiles como el carbón o el gas.
El grave problema de las emisiones de carbono
Somos conscientes de los efectos nocivos de las emisiones de carbono en nuestro clima. El cambio climático es el peor efecto de estas emisiones contaminantes. La pregunta principal es ¿cuánto tiempo tardarán en manifestarse sus más graves consecuencias?.
Por el momento, hay un crecimiento importante en la producción de energías renovables. Pero también se sigue avanzando en la construcción de centrales eléctricas y refinerías.
Al momento el único posible remedio que se presenta para la mitigación de las energías basadas en combustibles fósiles es el sistema llamado captura y almacenamiento de carbono (CSS, pos sus siglas en inglés).
El sistema de Captura y Almacenamiento de Carbono.
Un sistema de captura y almacenamiento de carbono tiene la función de atrapar el dióxido de carbono emitido de las plantas energéticas y almacenarlo subterráneamente. El beneficio de este sistema es que el CO2 almacenado no afecta a la atmósfera. Por ello, este método se podría llegar a utilizar a largo plazo para reducir el calentamiento global y sus consecuentescambios climáticos.
Es decir, la tecnología de captura de carbono funciona como un imán que retiene el elemento del carbono de los gases emitidos. En cierta forma, podría decirse que esto es algo similar al simple proceso de la fotosíntesis, en el cual las plantas almacenan carbono para su crecimiento tomándolo del CO2.
El dióxido de carbono emitido por las centrales térmicas de carbón o por otras industrias se convierte primero en dióxido de carbono líquido, al pasar por una planta licuefacción. Éste luego pasa a través de tuberías que se internan profundamente en la corteza terrestre. Así es entonces como se logra reducir el porcentaje de contenido de CO2 en el aire.
Por supuesto, no es todo tan simple ni tan perfecto. Hay algunos problemas inherentes a la captación y el almacenamiento del carbono. En primer lugar no se puede garantizar totalmente que el CO2 enterrado en el suelo sea seguro, existen riesgos ambientales a tener en cuenta como la posibilidad de fugas, contaminación de aguas subterráneas o el desencadenamiento de terremotos.
Por otro lado, el costo detrás de esta tecnología es muy alto. Por ejemplo, se precisaría una inversión de unos 20 mil millones de dólares para establecer una central de carbón con un equipo de captura de carbono. Y el costo de las tuberías sería cercano a los $ 1,7 millones por kilómetro.
Sin dudas el secuestro de carbono es un método beneficioso para reducir el contenido de CO2 en la atmósfera. Las estimaciones muestran que hay cerca de 3 billones de toneladas de capacidad de almacenamiento de CO2 en la corteza terrestre. Varios sitios se han encontrado con capacidad para alojar una gran cantidad de gas sin plantear ningún riesgo -aparentemente.
Hay algunos proyectos en Noruega y Argelia que se están llevando a cabo. Pero esto no es suficiente, necesitamos alrededor de 3400 proyectos para contener la gran contaminación que actualmente ocasiona la emisión de carbono.
Fuente ecofriend.com